miércoles, 19 de diciembre de 2007

Encuentro de dos mundos: el inframundo y el vainilla

El BDSM es una parte de mi, y por lo tanto una parte de mi vida a la que dedico un tiempo (por ejemplo, ha hacer este blog). Pero simplemente es eso, una parte y no toda mi vida, aunque forme parte de algo muy profundo en mi interior. Esta tendencia ya estaba presente durante mi infancia; y lentamente ha ido creciendo durante mi vida. Los sentimientos están presentes en mi, no puedo simplemente apagarlos, no existe dicho interruptor. Una vez descubierto las tendencias hacia el inframundo, siempre conforman la existencia de uno, sin posibilidad de renunciar a dicha parte, entrando a conformar la personalidad de uno.

Negar estos sentimientos es lo mismo que negarse a uno mismo (y con esto no quiero decir que sea fácil, en muchas ocasiones, aceptar que esta tendencia forma parte del ego individual). Aceptarse puede conllevar años -como en mi caso- aunque de alguna forma se es conciente desde la infancia.

En especial, es difícil convivir con esta parte de uno cuando se está con una pareja puramente vainilla. Conlleva tiempo ser aceptado, y en alguna ocasión ha desembocado en ruptura sentimental. Nunca conocemos de antemano como va a reaccionar la pareja cuando dejas entrever esta parte de ti, las imagenes del BDSM ó del inframundo que ambos podemos tener pueden ser realmente diferentes.

Asumir que poseo fantasias como sumiso, o tendencias algo masoquistas (al estilo de spank suave, vertido de cera sobre el cuerpo), no es algo sencillo. Quizá no exista más posibilidad que vagar por el mundo vainilla, sin satisfacer completamente las tentaciones que uno tiene, excepto en algún encuentro esporádico con alguna persona dominante, cual viva metáfora de la metáfora que denota el Tántalo mítico.

Y también hay que asumir que tan sólo es una parte de uno mismo, que forma parte de un mundo íntimo de fantasías personales, pero que también hay otro yo plenamente integrado en el mundo vainilla, del cual me siento también orgulloso. Así que ese es Tántalo, una parte de un todo mayor; un puente entre dos mundos donde emerge con fuerza mi ego.

Buenas noches a todos los lectores...

No hay comentarios: